Lanzamiento de Hiperconectados
Muchos me han preguntado dónde está el valor de las redes sociales ante el optimismo que escucharon en mi conversación sobre el libro.
Las redes no son la razón de la creciente polarización de los liderazgos políticos y de la desconfianza de la ciudadanía en estos y en las instituciones. Las redes son el espacio que nos permite ver el problema. Vivimos un momento apasionante, que puede ayudar a recuperar la posibilidad de entendernos que ya estaba en crisis. El nuevo espacio de mayor conectividad, nos entrega herramientas para enfrentar los problemas que veníamos arrastrando y puede permitirnos encontrar parte de la solución.
Para entender lo que estamos viviendo en las redes:
1. VIVIMOS UN CAMBIO DE ÉPOCA. Con la imprenta comenzó un tiempo que nos permitió elegir qué mensajes podíamos leer, escuchar o ver en los medios. En esa mirada, las redes son otro paso para nuestras comunicaciones, que nos permiten tener una voz en los debates sociales. Si uno analiza la aparición de otras tecnologías relevantes en la historia, siempre hay un momento de transición que genera una gran incomodidad, que tiene que ver con el tiempo que se tarda en masificar una cierta alfabetización de esa nueva tecnología. Con la imprenta, fue necesario que pasaran 150 años desde su invención hasta que apareció el primer periódico de publicación diaria. Esa transición fue el proceso de alfabetización, el tiempo necesario para masificar la capacidad de las personas para leer.
El cambio tecnológico que ahora experimentamos en esta hiperconectividad es muy reciente. En el caso chileno, en 2010 empiezan a masificarse las redes sociales. Pero en realidad, en una primera etapa, no era más de un 30% de la población. En 2017 y 2018 el resto de los chilenos, gracias a la tecnología 4G, invierte en dispositivos y se masifica el tener teléfonos que hacen posible que se disponga de redes sociales de forma permanente.
Por lo tanto, todavía estamos experimentando la transición en la que debemos aprender a usar esta herramienta. Hay usos de ellas que todavía no se han inventado. Hemos masificado el acceso a la tecnología, pero la mayor parte de la población todavía no sabe usarla para su beneficio.
2. EL VALOR DE LA ESCUCHA. La importancia de las redes no se limita a lo que ocurre a través de ellas como herramientas; su poder resulta de las conversaciones que se extienden también a los encuentros posteriores cara a cara. Los que empezaron a usar Twitter eran personas que se consideraban líderes de opinión de sus familias, de sus barrios, de su oficina. El perfil de un tuitero es el de una persona que ya antes compartía la información que tenía, análogo a lo que en algún momento eran los lectores de un vespertino o de las radios informativas. Personas que necesitaban más información que el promedio porque tenían una mayor necesidad de compartirla con otras personas. La gente se carga de información en las redes para llevar esas conversaciones a sus lugares.
Cualquiera puede aprovechar la enorme cantidad de conversaciones que se están haciendo de forma pública para entender cuáles son las palabras que se están usando, cómo se están tratando las personas y quiénes están teniendo más relevancia en las conversaciones que a uno le interesan.
Por lo tanto, las conversaciones se pueden convertir en información útil para tomar decisiones. Respecto del comportamiento de cualquier institución y su cultura, pero por sobre todo del relato que esa institución tiene que ir cambiando con el tiempo para asegurarse de que sea bien comprendido.
3. LA VIGENCIA DE TWITTER. Twitter es relevante más allá de sus usuarios porque entrega a cualquiera con un teléfono, la ventaja competitiva que tuvieron los dueños de periódicos con la rotativa y el teletipo a fines del siglo XIX.
Hay una imagen, que se ha usado mucho irónicamente, la de un tren en que todos van leyendo diarios. Uno podría decir que eso es una muestra de falta de comunicación. Porque las personas están sentadas en el tren, en vez de estar conversando, cada una va en su diario. Pero en realidad están aprovechando ese momento de transporte de sus casas a los lugares de trabajo para obtener la información que creen relevante para ser mejores actores de las conversaciones sociales e informativas que se van a dar durante el día. Están aprovechando de ponerse al día con la información que el resto va a tener.
En forma análoga esto es lo que sucede en las redes. Buscamos allí información para mejorar nuestra conversación y para aportar puntos de vista en torno a ella. ¿Quiénes son las personas que están en una red como Twitter o X? Los políticos, los periodistas, los líderes empresariales, sindicales, estudiantiles. Personas que tienen interés en promover ciertas causas.
4. DE MENSAJES A CONVERSACIONES. Para realizar una buena conversación con otro tengo que aparecer como persona, no puede ser una institución, porque la gente no conversa con edificios, tampoco puede ser una persona enmascarada, tienes que mostrarte. Esto no significa que uno pierda totalmente la intimidad, sino que exige una mayor transparencia. Tienes que sacarte algunos velos para que aparezca la persona que está conversando. No puedes ser simplemente un profesor o un periodista, tienes que ser una persona con nombre y apellido que conversa y tiene que perder cierta intimidad para ser eficiente en este espacio y conseguir buenos resultados.
5. LA CONFIANZA. La gran carencia que existe hoy es la falta de confianza, y la única forma de generar confianza es conversando. Entendiendo y valorando a la otra persona, permitiendo una conversación que permita una escucha activa. Hoy esa conversación uno a uno se puede hacer a través de las redes sociales, donde esa conversación se hace delante del resto, como en una sala de clases. Al poder responder a esa conversación, las personas aclaran los errores de comprensión que tenían respecto al mensaje. Además, se comprometen con la idea, porque va cambiando con ellos, y finalmente la comparten en sus propias redes.
Por lo tanto, la clave del nuevo entorno, que permite que algunas personas sean más eficientes en su capacidad de distribuir la información u opiniones que otras, está en la capacidad de actuar en estos espacios en un modo conversacional.
6. TRANSPARENCIA Y PÉRDIDA DE INTIMIDAD. El nuevo estándar de transparencia es irreversible porque funciona como una tenaza que nos atrapa: un brazo de la tenaza es el que informa, ya que se asumen como informadores. El otro brazo de la tenaza de esta transparencia es que la gente se muestra, ya que al exponerse su conversación en las redes se hace más eficiente.
Así como las redes tienen sesgos como la simplificación y la instantaneidad que impide que se analicen las cosas, hay un sesgo positivo: en las redes es mucho más difícil que se mantengan las mentiras. Hay mucha más gente revisando las cosas. Para el periodismo, cuyo centro es la búsqueda de la verdad, aprovechar las redes puede significar tener una forma más económica de llegar a la gente, y tener la capacidad de incorporarla tanto en el proceso de construcción de la noticia como en la distribución.
7. UNA OPORTUNIDAD. No hay obligación de entrar a este paradigma conversacional, a este espacio distinto. El entorno que está surgiendo no es excluyente del mundo de los medios. Los medios capaces de sobrevivir van a seguir siendo protagonistas de una conversación que ahora también será masiva. Siempre va a haber un grupo de gente que va a poder no subirse a este espacio conversacional y podrá seguir informando o informándose usando los medios. Así como en algún momento muchos líderes no estuvieron dispuestos a exponerse en la televisión para llegar a las masas y se mantuvieron en el espacio de los libros o de lo escrito. Hay un espacio muy válido sin necesidad de subirse a estas nuevas plataformas, pero es evidente que hay una gran oportunidad para muchos que tienen ciertos sueños para movilizar a personas en torno a esos sueños aprovechando estos nuevos lugares.
El desafío aquí no es un tema de cantidad de comunicación, sino que aprender a comunicar mejor. Y mediante la calidad de comunicación conseguir promover ciertos valores y causas.
8. NOTICIAS FALSAS. En general las mentiras lamentablemente son una realidad propia en nuestra interacción social. Esas mentiras existen, no aparecieron con las redes sociales. Lo nuevo es que al estar más conectados, esas mentiras llegan antes a nuestros teléfonos sin que tengamos todavía formas para reconocerlas a tiempo.
Hasta ahora con la imprenta o las antenas audiovisuales, al ser procesos industriales de distribución de información caros, se reducía el número de responsables que gestionaban esa información. Había pocas personas manejando el control de las cosas que se distribuían masivamente. En el presente, los fenómenos complejos de la interacción social, que permiten procesos virales, funcionan con mayor rapidez que las mejores rotativas, lo que posibilita que cualquiera puede distribuir mentiras y se muevan más rápido que antes.
La gente hasta ahora recibía las mentiras de los poderosos editadas, reescritas, verificadas, incluso cuestionadas por intermediarios periodísticos que trabajaban en medios de comunicación, mientras que ahora el mentiroso escribe y distribuye esas mentiras aprovechando comunidades de personas más influenciables, predispuestas a creer en ellas y deseosas de compartirlas entre sus cercanos como un acto identitario. Por eso, en este mundo hiperconectado vemos más mentiras e inexactitudes.
Lo concreto es que existen muchísimas más fuentes y una velocidad a la que no estamos acostumbrados, lo que tensiona mucho nuestra capacidad de discriminar entre la verdad y la mentira. La buena noticia es que de los sesgos de lo digital, el único abiertamente positivo es el que enfrenta a la mentira, cada vez tendremos más personas pensando y trabajando por descubrirlas. Al mentiroso cada vez le irá peor
9. INTELIGENCIA ARTIFICIAL. La inteligencia artificial es otro avance que condicionará nuestro futuro gracias al aprovechamiento de la acumulación de textos que las máquinas pueden rescatar y ordenar en nuestro favor. Estos avances no reemplazan nuestra creatividad e inteligencia, más bien masifican la capacidad que hasta ahora algunos profesionales podían delegar en ayudantes, acciones más básicas y repetitivas como buscar ciertos datos, el control del orden de algunos textos.
El trabajo de la inteligencia artificial siempre requiere la revisión del experto, similar al que él realiza con un trabajador practicante. Pero en el periodismo, el reporteo para encontrar datos ocultados gracias a relaciones variadas y de largo aliento con fuentes no será reemplazado, tendremos más tiempo para realizarlo.
En el futuro cualquier persona contará con labores de apoyo que antes estaban reservadas para pocos profesionales muy exitosos, incluso los estudiantes tendrán esa asistencia que solo servirá si la usan en aspectos que ellos sean capaces de revisar.
10. ADICCIÓN y ALGORITMOS. La adicción a estos espacios tiene poco que ver con los dispositivos o las aplicaciones y mucho con nuestra sociabilidad, somos adictos a otros que nos importan o nos interesan. Aunque pienso que conductas como el voyerismo, la desconfianza o el impulso a las mentiras son conductas anteriores e independientes a las redes. Esto no significa que no atienda que estas tecnologías no son neutras. Al contrario, pienso que aunque las tecnologías se deben entender como herramientas que pueden ser usadas con diversos fines, es fundamental al usarlas hacerlo teniendo en cuenta que no se trata de herramientas inertes, no son equivalentes a un cuchillo. En el libro cito a Douglas Rushkouf que dice que hay que tener siempre presente que son herramientas programadas con instrucciones para su uso pero también para sí mismas. Hay algoritmos, recetas de funcionamiento, que condicionan nuestro uso y la experiencia que tenemos en ellas. Así como es relevante discutir los límites de la inteligencia artificial, también se debe fomentar el avance en los esfuerzos para transparentar los objetivos que tienen estos algoritmos que condicionan nuestras experiencias.