Nuevos comunicadores para la paz social

Titulación de comunicaciones 2019

10 min readDec 8, 2019

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Hoy es el día más importante del año para todos los que trabajamos en esta Facultad. Cada año una generación nos llena de orgullo en esta ceremonia, donde por última vez, nos reunimos con ustedes como alumnos para titularlos como publicistas, periodistas o directores audiovisuales.

Es significativo que esta ceremonia se haga un sábado, con dificultades. Seguramente algunos de ustedes hacía tiempo que no venían una de las llamadas zonas cero de la ciudad. Sirva esto para recordarnos la importancia de las comunicaciones y que en sus carreras siempre deben estar conectados con los ciudadanos.

Uno de los grandes temas de la comunicación es la confianza social. Esta ceremonia también se refiere a la necesidad de restituir las confianzas que están perdidas en el país. Que estemos todos los profesores aquí es una señal que da fe ante la sociedad de que hoy ustedes merecen titularse de comunicadores.

Durante este año, que nos tiene tan afectados, tuve la oportunidad de redactar un decálogo de conceptos clave para entender las comunicaciones que vienen. Aprovecharé este espacio para compartir tres de esos 10 conceptos, aquellos que creo son los más apropiados para definir nuestro trabajo profesional en este nuevo entorno social.

El primer concepto que quiero compartir es el de Conversación. Una de las diferencias que marcan los discursos públicos que son eficientes en un entorno de desconfianza, es cuando no se limitan a entregar una información sino que tratan de iniciar una conversación.

Cada vez es más importante asumir que las comunicaciones ahora pasan por la responsabilidad de gestionar conversaciones. En el mundo de los medios tradicionales en esta facultad hablábamos de la audiencia. Ahora, debemos entender que de la reacción del otro, en sus propias redes, depende en gran parte el éxito de la difusión de mi aporte creativo o informativo.

Hace unos años un equipo de publicistas de la facultad, entonces coordinados por Sebastián Goldsack, nos ayudaron a resumir en el claim “Chile Necesita Comunicaciones” nuestro rol social. Por años hemos promovido esto, y estas semanas confirman que lo hicimos con limitado éxito respecto del mundo político y empresarial. Patricio Dussaillant, Director del departamento de la carrera de Publicidad, siempre dice que si las comunicaciones no están en la cabeza del gerente general entonces las comunicaciones no están en la empresa. Lo mismo nos pasa con el país.

Muchos culpan de todos los males actuales a las redes sociales por los naturales problemas de comprensión que nos rodean. En realidad la debilidad clave de nuestro trabajo es consecuencia de la misma improbabilidad que tiene cualquier tipo de comunicación, incluso las conversaciones cara a cara.

Se parte de la idea de que las conversaciones son un tema de simple criterio y se olvidan de que no hay nada más complejo que pasar una idea de una cabeza a otra. Tenemos prejuicios, tendemos a negarnos a la evidencia que los cuestiona. La experiencia comparada muestra que- cuando se trata de escuchar a sectores sociales oprimidos- no basta poner la cámara o el micrófono, se requiere usar metodologías activas de escucha. Es muy difícil que un desconocido comparta con ustedes un dolor relevante. Miren el efecto catártico de compartir experiencias dolorosas que generó el himno anti violación del colectivo Las Tesis.

Los profesionales que asuman la centralidad de las conversaciones, además aprovecharán mejor el entorno de las redes. Hoy como nunca podemos oír mejor las expectativas, los valores, las motivaciones y las necesidades de nuestros compatriotas. La gente está constantemente comentando públicamente sus dolores. Nuestro trabajo de comunicadores comienza por oírlos. Estamos orgullosos de lo que hemos hecho en la investigación en el área de las redes y los servicios que estamos prestando a diversos sectores, ayudando a oír. Un ejemplo es lo que entregamos a la Cámara de Comercio sobre los centros comerciales la semana previa al 18 de octubre, otro es el estudio sobre medios y redes entregado el miércoles recién pasado.

“Estamos orgullosos de lo que hemos hecho en la investigación en el área de las redes y los servicios que estamos prestando a diversos sectores, ayudando a oír.”

En esta facultad hemos renovado la apuesta por la centralidad de las conversaciones. El 28 de octubre cuando retomamos nuestras labores en la Facultad hicimos una jornada de reflexión entre todos quienes somos parte de la comunidad, también realizamos encuentros con estudiantes como entre académicos y funcionarios. En estas semanas tuvimos cuatro instancias para conversar sobre el rol de los medios en la crisis con profesores investigadores y con invitados externos. Se hicieron dos seminarios con invitados internacionales, uno sobre Mujeres y Ciudad y otro sobre Comunicaciones en el conflicto social. Incluso se mantuvo el Laboratorio de Periodismo Digital, que hacemos junto al diario El Mostrador y también la meditación mindfullness en la sala Cowork.

“…hemos renovado la apuesta por la centralidad de las conversaciones.”

El segundo concepto que les les quiero recordar hoy es Cambio. Reconozco que es el que menos hemos cuidado en estos 30 últimos años en los que he trabajado en esta universidad como profesor. De hecho al ver sus caras reconozco que muchos de ustedes -con sus cuestionamientos- me venían mostrando que nuestro trabajo de comunicadores debería estar siempre asociado al cuestionar, a promover Cambios.

La semana pasada Fernando Ruiz, profesor de la Austral argentina, citaba a una colega del ICEI, Claudia Lagos, que resumía esta crisis diciendo “reventó la frontera de lo moral y socialmente aceptable”. El académico argentino nos recordaba (hablando del periodismo) que la comunicación tiene un rol en la construcción y demolición de ciertas barreras invisibles que gobiernan la sociedad, regulan el cumplimiento de las leyes, definen lo posible. Decía que el cambio permanente es resultado del buen periodismo, no la del activista cerrado, no la del militante, no la del que es capaz de difundir una media verdad, sino la del periodista reformista que se atreve a describir la realidad con todos los matices posibles.

Nadie puede negar la importancia que han tenido decenas de comunicadores en el trabajo de adelantarle a los chilenos nuestros problemas. El mismo recién estrenado documental Los Reyes, codirigido por nuestro Iván Osnovikoff. Dos ejemplos de exalumnos: la película “El primero de la familia”, de Carlos Leiva o el libro “Poderoso caballero”, de Daniel Matamala.

“Nadie puede negar la importancia que han tenido decenas de comunicadores en el trabajo de adelantarle a los chilenos nuestros problemas…”

Las comunicaciones siempre han tratado de eso, el periodismo, el cine, la TV, la publicidad. Innovar no es más que darle otra vuelta a algo que ya existe, la oportunidad disruptiva la descubre el que mira con atención y cariño los dolores que existen a su alrededor. El que prueba novedades, el que siente y empatiza con lo que pueden hacer otras personas.

La tercera clave para la calidad de las comunicaciones pasa por la Civilidad. Hoy lo que está en juego es la democracia. Muchos afirman que la crisis social es resultado de que la desconfianza entre los chilenos es tal, que está impidiendo que nuestra democracia funcione adecuadamente. Los chilenos no creen en sus representantes, unos piensan que no son capaces de ejercer su responsabilidad con eficacia, otros que no quieren hacerlo con equidad. Unos desconfían de la gente, otros de los expertos.

Nuestra democracia superará este bache, entendiendo que lo primero es la voz, luego el voto. Y si se la entiende como el sistema donde los extremos debaten y asumen el valor de la alternancia, la que requiere de cierta información común sobre la cual se hace el debate.

Cuando la emocionalidad impide que sea fácil oír el argumento del que piensa distinto, los comunicadores debemos reforzar nuestro compromiso con la libertad. Es la libertad clave, la que permite que el resto de los derechos humanos se puedan garantizar. Con los años, he visto que es fácil valorarla cuando cuesta experimentarla, y fácil también es olvidar su importancia cuando pareciera que fuera tan natural como la salida del sol.

Daniel Innerarity dice que la política funciona cuando resuelve los problemas de los más vulnerables, los que no tienen otros que los defiendan. Para él, los buenos políticos son los que hoy la practican entendiendo la perplejidad propia del que sabe que no está siendo capaz, que no está dando el ancho.

Este filósofo afirma que cuando la política asume esta incapacidad, deja de ser un espacio de negociación entre convencidos de sus distintas verdades y se convierte en una conversación de personas perplejas que -desde la conciencia de sus respectivas limitaciones- esperan que, incluso el que está en las antípodas ideológicas, profesionales o valóricas, pueda tener una pista que ayude a solucionarle la vida a nuestros compatriotas.

Los animo a asumir que como comunicadores -en cualquiera de las carreras de las que se titulan o gradúan- somos los responsables de evitar que se invisibilicen los dolores de la sociedad. El comunicador debe asumir su responsabilidad de mantener perplejos a los buenos políticos.

Mi experiencia me permite asegurarles que serán felices como comunicadores. Aunque no es políticamente correcto decirlo, en estos tiempos complicados, se necesita mucho más nuestro trabajo, se necesitan mucho más los buenos comunicadores. Creo que eso les funcionará mejor si deciden entender las comunicaciones como un espacio en los que hay que promover el Cambio, las Conversaciones y la Civilidad.

Hablará bien de lo que hicimos como profesores el verlos como profesionales responsables de los efectos de sus decisiones. Apuesto que el haberse formado en estos años desafiantes favorecerá que en su trabajo se refleje siempre la sensación de escándalo ante los defectos de nuestra sociedad.

Los católicos usamos la idea del Apocalipsis para estas crisis, y se trata de algo mucho más apropiado de lo que creen, porque Apocalipsis significa “correr el velo”. Es lo que sucede cuando nos atrevemos a reconocer nuestras miserias, los escándalos del clericalismo, machismo o elitismo. Mi esperanza es que estos años en los que hemos convivido les sirvan para convertirlos en parte de la solución que permita alcanzar la paz verdadera.

Quiero terminar dándoles las gracias a sus familias, los otros protagonistas de esta ceremonia. Les agradezco porque nos dieron la oportunidad de ser parte de su formación como profesionales, les aseguro que todos los presentes, estamos muy orgullosos de este proceso, que ha sido apasionante.

Alumnos, todavía, cuando en pocos minutos salgan de esta sala titulados serán parte de un grupo de comunicadores que incluye a mas de 2 mil quinientos egresados. Son personas con las que ustedes comparten muchos valores, con las que será más fácil ponerse de acuerdo en torno a una ética y una estética.

Los invito a conectarse con ellos, y les pido que ahora, como colegas, mantengan el contacto con esta facultad para trabajar juntos en mejorar las comunicaciones que requiere el país. Pero, sobre todo, los animo a que no se olviden que -en el edificio de nuestra facultad- siempre habrá otros alumnos, nuevas generaciones, que pueden ser la clave para que funcionen sus proyectos.

Por el tiempo que han estado con nosotros, les digo- en nombre de todos los que están aquí frente a ustedes- muchas gracias y suerte en esta nueva etapa que emprenden.

Antes de comenzar la ceremonia una parte de los alumnos que egresaban realizaron una intervención.

INVOCACIÓN DE LA GRADUACIÓN

(Padre Tomás Scherz, vice gran canciller UC)

Evangelio según Mateo (10,26–27.32–33)

«No les tengáis miedo. Pues no hay nada encubierto que no haya de ser descubierto, ni oculto que no haya de saberse. Lo que yo os digo en la oscuridad, decidlo vosotros a la luz; y lo que oís al oído, proclamadlo desde los terrados. «Y no temáis a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma; temed más bien al que puede llevar a la perdición alma y cuerpo en la gehenna.

Breve reflexión.

Al despedir a estos comunicadores, te pedimos Señor, tu profeta de verdades salvadoras, que bendigas a estos egresados, y los hagas valientes para ser portadores de buenas noticias. Te pedimos que puedan ser responsables de la verdad. Que puedan declararse por la verdadera libertad, es decir, no tanto dueños de sus oyentes, cuanto puentes para la justicia y la comunión. Que descubran a los hombres y mujeres lo que enaltece y lo que humaniza, así como tú fuiste la Palabra hecha carne, portadora del Amor del Padre, que levantó al que estaba caído y sometido a su orgullo. Que puedan romper la oscuridad de lo encubierto, pero que sepan ser leales con el proyecto de la comunidad. Especialmente en días como los que vivimos. Que la libertad de ellos no sea solo romper la mordaza de la mentira, sino sobre todo ser fieles en el difícil y largo camino de hacerse responsable por los más pequeños, los que no tienen voz y la vida de la comunidad

Pero asimismo no se apresuren en la opinión, sean humildes en la verdad y nunca maldicientes del enemigo o del que se equivoca. La libertad no es solo pasar el Mar Rojo, sino más bien alcanzar la tierra prometida con todos, aunque nos cueste 40 años. En este día en que son enviados desde esta comunidad universitaria, son llamados a construir puentes de diálogo, un país para todos. Son llamados a construir una sociedad más fraterna y justa. Comunicando y siendo portadores de esperanza no dejarán de realizarse. Desoculten la belleza de Dios, que siempre está entre los más desfavorecidos y pequeños, entre los pobres y en las periferias. No se queden con el micrófono en la mano y entréguenselos a los que buscan el bien común, sin excluir a nadie. Que el Señor los bendiga y muchas felicitaciones.

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Profesor de la Facultad de Comunicaciones de la UC. Integrante del laboratorio Social Listening SoL-UC. Autor de #TsunamiDigital, premio iRedes 2016.